viernes, 13 de abril de 2007

El negro esmeraldeño y su cultura

Nelson Estupiñan Bass


Hasta tanto no se establezca en forma fidedigna el origen del Negro de Esmeraldas, el testimonio del religioso Miguel Cabello de Balboa es el más aceptable para la verdad. El afirma en su Descripción y Relación de la Provincia y Tierra de las Esmeraldas: "...el año del Señor de 1553, por el mes de octubre partió del puerto de Panamá un barco, el cual traía algunas mercaderías y negros que en él venían..." El buque, de propiedad de un acaudalado español, residente en Sevilla, sorteando contratiempos navegaba por nuestro mar Pacífico con rumbo al Perú, donde, como de costumbre, serían vendidos los negros y las mercancías. Después de 30 días, aproximadamente, la nave arribó a la ensenada de Portete, situada al sur del cabo de San Francisco, en la hoy provincia de Esmeraldas, donde los tripulantes, agotados por tan penoso trayecto, desembarcaron junto con los diecisiete negros y seis negros que llevaban consigo, para buscar alimentos y agua, pero "...mientras ellos estaban en tierra, se levantó un viento y marea que le hizo venir a dar en los arrecifes de aquella costa; los que en el quebrado barco habían venido, pusieron su cuidado en escapar si pudiesen, y solo pudieron salvar una rica y costosa custodia, que traían de España para el monasterio de Santo Domingo de la ciudad de los Reyes..." Ante el naufragio los navegantes enterraron la custodia, tomaron algunos efectos personales y al reanudar el viaje por tierra intentaron recuperar los veintitrés africanos, mas no pudieron aprehenderlos porque "...se habían metido al monte adentro; visto que el tiempo no daba lugar para más, se pusieron en camino (hacia Puerto Viejo) en el cual de hambre y sed murieron casi todos."

Así llegaron, según Cabello de Balboa, los primeros negros africanos a Esmeraldas, donde sembraron las primeras semillas de la libertad y de la autodeterminación de los pueblos en el lado pacífico de América. La independencia ecuatoriana, y la de más allá también, tienen irrefutables simientes africanas. El singular asentamiento esmeraldeño creció con las frecuentes inmigraciones del cimarronaje, provenientes de los increíbles infiernos que los depredadores europeos habían instaurado en el vecino país norteño.

La poesía negra de Esmeraldas arranca con las coplas compuestas por Juglares analfabetos que, asentados en el trasfondo de las selvas y en las orillas de los ríos, mantuvieron, en sus producciones, inalterable, la métrica octosilábica, a lo divino si trata temas religiosos, y a lo humano si versea sobre asuntos laicos.

Ejemplos:

Si es que un blanco está comiendo
con un negro en compañía,
o el blanco le debe al negro
o es del negro la comida.

El ser negro no es afrienta
ni color que quita fama,
pues el zapatito negro
lo calza la mejor dama.

Chiquillas, bailan alegres,
que ya el Diablo se acabó,
al pasar el río Esmeraldas
un caimán se lo comió.

Negrita, flor de limón,
préstame tu medicina
para sacarme esta espina
que tengo en el corazón.

En los intervalos de los bailes de marimba suelen establecerse Contrapuntos improvisados entre cantautores inesperadamente aparecidos. Ejemplos:

Pregunta:
Respuesta:
Ahora quiero que me digas
si en verdá tenés talento
cuántas estrellas existen
arriba en el firmamento

Si de verdá sos cantor
yo te vengo a preguntar
con cuántas tapas de dulce
se puede endulzar el mar.
Las estrellas no se cuentan
como contás el arroz,
solo sabe cuántas son
el que las hizo que es Dios.

Vos mesmo echá la panela
entre los tumbos del mar,
y entonces podrás sabé
si lo podés endulzar.


Décima Agresiva

Vos, ¿quién sos? so cucaracha,
¿de onde es que habís salido?,
andá con cuidao, metido,
no busqués el filo'e la hacha.
Te perdono la casacha,
mas si sos componedor
y no tan solo tambor,
abramo la competencia
pa sabé si esa elocuencia
es tuya o de un burro hechor.(1)

La narrativa esmeraldeña tiene su origen en los cuentos montubios del Tío Tigre y su sobrino El Conejo, en los que el primero es siempre el animal tonto y pesado, fácilmente burlado por el astuto pariente. Sus encuentros simbolizan la pugna entre el poder económico y político y la clase humilde y marginada.

Escritores contemporáneos de Esmeraldas negros y negristas: Adalberto Ortíz, Antonio Preciado, José Sosa, Orlando Tenorio, Lady Ballesteros, Mireya Ramírez, Antonio Guerrero, Argentina Chiriboga, Adalinda Zamora, Julio Micolta, Jalisco González, Héctor Casierra, Telia Estupiñan, que han marcado rumbos a la creación afro ecuatoriana, en la novela, el cuento, el ensayo, la poesía.

En la música el cantautor Tomás García Pérez, con su ritmo y temática terrigenista ha tramontado las fronteras ecuatorianas. Los óleos de Efraín Andrade Viteri, intérprete y descubridor de la identidad pictórica de Esmeraldas, han dado y continúan dando la vuelta al mundo.

Libros traducidos: Juyungo, de Adalberto Ortíz, a varios idiomas; Bajo la piel de los tambores, de Argentina Chiriboga, al Inglés; de Nelsón Estupiñan Bass: Cuando los Guayacanes Florecían, al ruso y al inglés, El último río y Toque de queda, al Inglés. Poemas y fragmentos de los relatos de Ortíz, Chiriboga y Estupiñan Bass figuran en antologías de varios idiomas. En universidades norteamericanas los tres autores nombrados y Antonio Preciado son estudiados y figuran en varias tesis doctorales y en columnas de crítica. Recientes novelas de Chiriboga y Estupiñan Bass están en proceso de traducción en Europa. Adalberto Ortíz y Estupiñan Bass han recibido el Premio Nacional Eugenio Espejo, otorgado a su creación literaria.

Esmeraldas es un bullente crisol de razas, donde abundan, como productos de consuetudinarios injertos, negros y negras, mulatos y mulatas, con apellidos foráneos. Abundan los Klinger, Manke, Brown, Car, Padovani, Yannuzzelli, Sachieri, Duffer, Haas, Jauch, Hedian, Zanders, junto a los Maila, Chicaiza, Chiliquinga, Quishpe, Catota, Chauca, Chinga junto a los Mompó, Cangá, Quendambú, Carabalí, Mina, Ayoví, Morcú, indígenas y negros. Quizás no es aventurado decir que de estas encrucijadas étnicas, de aquí o de otros países, emerja el hombre cósmico que soñara Vasconcelos.

El ideal del negro y del mulato esmeraldeños no es la retaliación. Como sabe que en el mundo hay una sola raza que es el hombre, aspira a que se reconozcan sus derechos ciudadanos en la comunidad.

El caudal espiritual de los esmeraldeños negros y mulatos evidencia que un meridiano de la cultura afro americana pasa por Esmeraldas.

Notas:

(1) Burro Hechor - Asno semental.

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